Escolapias Pompiliano, Zaragoza

Fundación Educativa Escolapias

Escolapias Pompiliano, Zaragoza - Fundación Educativa Escolapias

Sobrevivir al primer trimestre en primero de bachillerato.

Era ya el día 15 de septiembre. Los alumnos íbamos llegando de  los seis centros de Escolapias y Escolapios en Zaragoza, de otros institutos diferentes de la ciudad y de fuera. Nos aferrábamos a la idea de que nos iba a tocar en clase con nuestros compañeros de la ESO, pero sabíamos que, entre las cinco aulas de primero y habiendo elegido entre tantas optativas, como mucho estaríamos tres o cuatro del mismo colegio. Cuando nos vimos en clase, las miradas a uno y otro lado eran una epidemia. Todo eran nombres y caras desconocidas, salvo algunas que nos sonaban de alguna convivencia o de algún partido de baloncesto. Estábamos deseando que sonara el timbre para reencontrarnos en los pasillos con los nuestros o salir a la calle y contar por Whatsapp  los nervios y las primeras impresiones. Dicen que éstas son las que cuentan pero luego he visto que no era así.

Efectivamente, el ambiente cordial en todo el Bachillerato Escuelas Pías y la cercanía entre alumnos y profesores (a muchos ya los conocíamos porque daban clase también en nuestro colegio) hicieron que, poco a poco, la nueva clase empezara a ser como una nueva familia y, como en toda familia, algunos nos llevamos mejor con unos y que con otros. Pero el ambiente pasó pronto a ser secundario. Empezaron las semanas de exámenes y las exclamaciones que evito reproducir ahora.

Cada uno, a pesar de lo que dice “de boquilla” en las redes sociales, sabe interiormente cuánto trabaja y cuánta es su fuerza o su ilusión para afrontar esta nueva etapa, y las notas fueron cayendo proporcionalmente a ello. Sorprendentemente, a pesar de los miedos, las notas en mi clase fueron bastante bien, aunque mis amigos de otros grupos no contaban lo mismo. Está claro que aquí no te regalan nada, cada uno tenemos la oportunidad de aprender organizándonos nosotros solos o haciendo caso a Silvia, la orientadora; pero lo que sí es cierto es que entre nosotros, los amigos del cole y los nuevos de la clase, formamos una especie equipos informales en los que nadie queda descolgado si él no quiere, claro. Bueno, para ser la primera evaluación, no han ido nada mal pero se pueden mejorar. Se deben mejorar, dirían mis padres.

Para los que no han cogido la marcha no se acaba el mundo aunque ellos lo crean. En Bachillerato Montal-Calasanz tenemos recuperaciones, pasada la evaluación claro, y con estas y el examen global puedes llegar a sacar un sobresaliente de nota final a pesar de haber suspendido la primera evaluación. Al menos eso me han contado los de segundo, que nos dicen que primero, comparado con lo que ellos estudian para la PAU es muy fácil. Para ayudar a los que suspenden tenemos clase de matemáticas y de inglés gratuitas por las tardes y los que van bien en idiomas pueden hacer el First, el bachillerato Americano o clases de alemán.

En fin, entre las fiestas de San José de Calasanz, las excursiones y las visitas culturales, hemos llegado enteros a las vacaciones de Navidad. Sé más o menos por dónde quiero ir y lo que tengo que hacer pero lo que sí tengo claro es que estoy en el mejor bachillerato.

Santiago Fosu. 1º C.

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Categoría: ESO