Han pasado 7 cursos desde que Arantxa Gutierrez dejó los diferentes aulas de nuestro colegio. Monitora de internado, amén de maestra de Plástica e Informática, entre otras muchas funciones, trabajo con nosotros un curso escolar en el que dejo buena impronta.

Desde entonces, mucha gente, ex alumn@s, profesor@s y religiosas han preguntado por ella, como le ha ido, que ha hecho, donde está… esas dudas que siempre tenemos en un colegio como el nuestro, en el que sobre todo los alumnos están unos pocos años, para después marchar a colegios de ESO.

Todo ello paso con Arantxa, igual que con alguna monitora más, como Estitxu, gente que dejo huella en el centro, pero que por razones logísticas no pudo continuar.

¿A qué viene todo esto? Esta parrafada anterior es consecuencia de una entrevista muy interesante que hemos encontrado en la revista Calle Mayor, de la zona de Tierra Estella, en donde nuestra Arantxa es protagonista, contando sus andanzas como maestra en un colegio en Houston.

Como siempre, Arantxa sigue mostrando esas ganas de innovar y evolucionar que le llevaron siendo adolescente a crear una ludoteca de verano para los niños de su pueblo, gestionar la de invierno, participar en un sin fin de actividades educativas y pasar por nuestro centro, con la mejor de las sonrisas.

Pinchando en la foto podéis acceder a la entrevista de Arantxa, para que sepáis un poco más sobre ella y su vida en Estados Unidos.

Ayer cuatro de nuestros alumnos fueron los afortunados en disfrutar de un mediodía muy especial.

Yeray, Niserin, Iban e Isaac fueron el grupo de avanzadilla que se dirigió a las piscinas de Ardantze para las clases de natación, junto con su maestro de Educación Física, Iñaki.

Poco antes de llegar a la instalación deportiva, y viendo que disponían de tiempo, realizaron una visita aproximación al Club Hípico de Ayegui, con la gran suerte de que el dueño, Reynaldo, les permitió entrar y ver a sus caballos y demás animales.

Tras pasar un bonito rato rodeados de estos animales tan bellos, la sorpresa fue mayúscula al llegar a Ardantze. Justo en el parque en el que suelen jugar mientras esperan a sus compañeros, había un reluciente hinchable preparado para ser disfrutado por todo aquel intrépido que se atreviera a entrar.

Como es normal, a nuestros chic@s les falto tiempo para quitarse las zapatillas, y bajo la atenta mirada de Iñaki, disfrutar de unos maravillosos minutos de juego, salto y diversión.

Tiempo después, llegaron sus compañeros, que con la boca abierta y llenos de sana envidia, tuvieron que escuchar las anécdotas de los cuatro afortunados antes de empezar la clase de natación.